4 mar 2010

Lo que me hubiera gustado que pasara

Personajes: S, vendedor

S:- Hola.
V:- Hola ¿qué tal?
S:- Bien. Bueno, mas o menos. Vengo a cambiar este libro.
V:- No podés cambiar ese libro.
S:- ¿Por qué no?
V:- Porque lo sacaste de la mesa de saldos.
S:- Sí, ya sé, pero mirá, tiene hojas en blanco, está fallado.
V:- Estaba en la mesa de saldos.
S:- ¿Y qué tiene que  ver eso?
V:- Aunque yo pudiera cambiarte libros de la mesa de saldos tampoco tengo otro igual en saldos para vos.
S:- ¿Cómo es eso que no me vas a cambiar el libro? Vos, que trabajás en una librería y que seguramente te gustan los libros y te gusta leer deberías entender. Tiene hojas en blanco, no puedo leer un libro al que le faltan hojas. No entiendo cual es el problema. A todos los cuentos les falta o el principio o el final. ¿Desde cuándo estar en la mesa de saldos implica que falta la mitad del libro? No me importa si me salió cinco pesos, no podés vender los libros en ese estado. Estamos todos locos. Si vos no me podés ayudar vos  llamá a tu supervisor para que me solucione el problema.

Quejarse es un arte, por eso, siempre voy con un speech preparado. En vez de estar contenta porque me solucionaron el tema sin chistar estoy furiosa porque me tuve que comer el discurso.
Quiero que me venga una coca fallada para que me manden seis.
Quiero saber de leyes para mandársela a guardar a los de la compañía de celular.

No hay comentarios: